Cartón para tapiz. Pieter Coecke. Hacia 1530

Este gigantesco dibujo de casi 4 metros por 4 se compone de unos sesenta paneles de papel ensamblados. Sirvió de modelo (o sea, de « cartón ») para la confección de tapices.

La decapitación de san Pablo

La escena representada es la ejecución de san Pablo, antiguo soldado romano convertido al cristianismo y gran misionero.

La acción transcurre ante las murallas de Roma, a la que se puede identificar por la presencia del Coliseo.

En el centro de la composición vemos a Pablo arrodillado y con las manos unidas. Su verdugo lo sostiene por la cabellera y se dispone a ejecutarlo, ante la mirada de algunos testigos. El martirio de san Pablose sitúa en el marco de la persecución de los cristianos ordenada por Nerón, emperador de Roma en el siglo primero.  En su calidad de ciudadanos romanos, Pablo y algunos conversos son decapitados.

Los demás, como los desafortunados a los que una turbamultase lleva hacia el segundo plano, corren peor suerte al ser condenados a una muerte mucho más cruel por crucifixión.

En estilo Renacimiento

Esta obra es una de las primeras de estos lares en apropiarse del nuevo lenguaje estético del Renacimiento italiano. Los personajes principales tienen un tamaño casi real, el dinamismo de las figuras se lleva al extremo y la temática celebra la Antigüedad.

Pieter Coecke

Su autor es Pieter Coecke, nacido en Alost, y que se convertiría en pintor de cámara de Carlos Quinto. Se formó con Bernard Van Orleyen la creación de cartones para tapices y destacó en distintas artes. Hoy se le conoce sobre todo por ser el suegro de Pieter Bruegel y por haber realizado un famoso viaje a Constantinopla.

Su gusto por lo oriental se percibe de hecho en los atuendos de varios personajes. Fíjense en el verdugo que, aunque vestido de soldado romano, blande una cimitarra, arma de origen otomano.

Una obra frágil

Para realizar el tapiz a partir del cartón, éste debía dividirse en largos rectángulos que se colocaban debajo de los hilos del telar. Al ser muy frágiles y haber servido en múltiples ocasiones, la mayoría de los cartones para tapices no han sobrevivido. Afortunadamente, éste sí superó los estragos del tiempo. Además, es el único cartón del mundo que se conserva en la ciudad en que se realizó. Sin embargo, una comparación con los tapices a los que sirvió de modelo nos informa de que se ha perdido una parte del cartón.

Un modelo para varios tapices

Se sabe también que este cartón fue copiado varias veces, como lo demuestran los orificios practicados con aguja para la elaboración de plantillas.

Se realizaron varios tapices a partir de este cartón o de alguna copia posiblemente adaptada para adecuarse al gusto delos clientes. Cuatro de ellos se conservan hasta hoy. El más reciente, realizado en Bruselas en el siglo 17, se halla en este mismo museo y se expone con regularidad en esta sala.

Un conjunto más amplio

La escena del martirio de san Pablo cierra una serie de nueve episodios que narran los acontecimientos más señeros de la vida del apóstol.  Las otras ocho escenas son bien conocidas ya que se han conservado sus versiones en tapiz. En cambio, solo quedan algunos fragmentos de los cartones que les sirvieron de modelo, por lo que este cartón que aquí se conserva es tanto más valioso.

Etapa siguiente

Antes de dejar la sala, no dejes de consultar el terminal de información, que te explicará cómo el cartón ha sido objeto de una restauración ejemplar. Después, pasa a la sala siguiente y dirígete hacia la derecha hacia el cuadro de Jan Brueghel.